Historia:
En la época prehispánica este pueblo fue el feliz hábitat
de los comechingones, como lo testimonian las cuevas de piedra
horadadas por los vientos y la arenisca, en las cercanías
del río Quilpo. Luego, entre 1500 y 1600 la zona del actual
San Marcos Sierra fue "encomienda" que los reyes de España
otorgaron en regalía de campañas de conquistas y colonización
del Tucumán y el Alto Perú. Por ese entonces, fue el primer
propietario de la Estancia de San Marcos Sierra Jerónimo de
Bustamante. Muerto Bustamante en 1671 las posesiones pasan
a Alfonso Luján Medina, impulsando una etapa de prosperidad
para la estancia plantando frutales e instalando el riego
a través de un molino. Luego, tras varias ventas pasa a ser
propiedad del Deán de Santa Cruz de la Sierra Toledo Pimentel,
quien no deja sucesores. Alrededor de esa época debe señalarse
la construcción de la capilla del pueblo, la cual data de
1732 y que lleva la inscripción de 1734 en su frente.
Un
hecho inédito: Ante el estado de abandono de la estancia,
una comunidad aborigen sanavirona eleva su pedido de apoderarse
de estas tierras. El reclamo es escuchado por el gobernante
cordobés de la época, el Marqués de Sobremonte, quien efectuó
las mensuras y repartos de tierras correspondientes, para
que así los grupos sanavirones y comechingones convivieran
en el lugar. Según relatan los estudiosos, un 17 de marzo
de 1806 el cacique Francisco Tulián, tomó posesión de las
parcelas, registrándose de tal modo un acto inédito: la devolución
de tierras por parte del conquistador español a los originales
dueños, los pueblos aborígenes comechingones y sanavirones.
|